viernes, 28 de diciembre de 2018

Propósitos 2018: revisión final

¡Buenos días!

Sí, este post ha tardado un poco más en salir. Pero ha sido para tener más controlados los propósitos. Algunos todavía estaban en curso, y no me parecía muy bien darlos por completados a 10 días de terminar el año.




En esta última revisión de 2018 sólo incluyo los propósitos que tenía pendientes de terminar (o que aún no había comenzado).

¿Quieres saber si el último trimestre ha ido bien? ¡Pues vamos a verlo!

Propósito 3. Aprender a quererme más y a exigirme menos.

A veces flaqueo un poco en lo de exigirme menos. Estoy tendiendo a recuperar las "viejas costumbres" y querer hacer mucho más de lo que puedo abarcar a veces. Lo bueno es que me doy cuenta de que mis planes son excesivos y pongo solución a tiempo. Sinceramente, este cuesta (porque es una lucha diaria), pero estoy orgullosa de decir que ¡estos 10€ van a la hucha!.

Propósito 4. Terminar los álbumes de fotos de la Boda y la Luna de Miel.



No puedo creer que aún esté liada con esto. A decir verdad, he conseguido terminar el de la Luna de Miel. Del viaje tenía unas 4000 fotos, y aunque la selección de las que entraban en el álbum redujo mucho esta cifra, no es fácil meter tanto en un álbum.

No lo he mandado a imprimir aún, pero cuento con que meto 5 euros a la hucha.

Por cierto, el de la boda es más ligero, así que terminaré antes.


Propósito 5. Reducir las cosas que he acumulado.

Este ahora ha pasado a ser una prioridad. Este verano decidimos cambiar de casa, así que hay que hacer limpieza. Además, nuestro nuevo hogar también necesita un vaciado urgente.

El avance, o el logro final, no ha sido tanto como me hubiera gustado. También tengo en cuenta que durante una temporada este propósito ha estado "a caballo" entre dos casas, por lo que a veces ha sido un poco difícil saber qué se quedaba y qué se iba (lo que funciona en una casa no siempre funciona en otra).

Sin embargo, sí que ha habido un avance. Sí que ha salido mucho... así que de este meteré 5 euros a la hucha.


Propósito 6. Organizar mejor la casa.

Este año tampoco. 

La parte buena es que con la actual-futura vivienda (reforma a la vista) estoy muy motivada. Por lo pronto, nos hemos comprado un robot aspirador, así la limpieza de los suelos se simplifica mucho. 

Este propósito pasa, con algunas modificaciones, a 2019. 

Propósito 7. Animarme a hacer vídeos para el blog.

Otro que tampoco cumplo este año. Sinceramente, no sé si dejarlo para 2019 o quitarlo de la lista. No tengo muy claro sobre qué hacer los vídeos. He hecho alguno a modo de prueba, para familiarizarme con la posición del trípode y cómo grabarlos, pero la exigencia que vive dentro de mí (propósito 3) no deja de decirme lo cutre que resulta todo.

Y sin embargo, mi tozudez me impide rendirme...

Propósito 8. Tomar "un café" al mes con alguien especial.



Este está cumplido. He conseguido quedar con "alguien especial" todos los meses para hacer algo: tomar un café con amigas, un juego de escape con amigos, cine o merienda con las tatas,...

¡Otros 10€ a la hucha!

Propósito 9. Planificar menús semanales.

Me lo volví a saltar al poco de retomarlo. Pero quiero volver a él en 2019, porque cuando los planificaba y los seguía me funcionó muy bien.

Propósito 10. Hacer un curso del bundle.

Creo que este pasa también a 2019, recordando lo de exigirme menos...

    Propósito 13. Hacer algún reto de Instagram.

    Pensaba que este se quedaría en el tintero, porque a lo largo del año no he visto ninguno que me llamara la atención. Sin embargo, justo el 30 de noviembre descubrí la propuesta de @cardiganjezebel y me lancé. 

    Debo reconocer que un día se me pasó publicar, pero voy a ser magnánima y me perdono (más que nada porque fue un día muy intenso y se me fue la cabeza al limbo). De modo que ¡los últimos 10€ de 2018 van a la hucha!



    A modo de resumen, este trimestre meto 40€ a la hucha. Y en 2018 he cumplido 4 propósitos de los 10 principales (el del viaje por partida doble) y 2 a medias. Además, he cumplido 4 de la reserva. Esto hace un total de ¡100 euros en la hucha! Cuando te hable de mis propósitos de 2019 te contaré qué pienso hacer con ellos.

    También debo decir que el montón de lanas ha seguido bajando, por lo que debería contarlo como cumplido. Pero sé que aún puede bajar bastante más en 2019. 

    Y tú, ¿eres de hacer propósitos de año nuevo?

    ¡Hasta el año que viene, y el próximo post!

    miércoles, 12 de diciembre de 2018

    El Stavanger

    ¡Buenos días!

    En mi lista de proyectos tejeriles de 2018 estaba el jersey Stavanger de Drops.



    En verano de 2017 decidí que quería tejerme un jersey nórdico. Una de esas preciosidades con un canesú de motivos de colores y cuerpo liso. Y además quería que fuera con aguja de 3 mm, para tejerlo con calma y tranquilidad.

    Así que me puse a buscar patrones en mis sitios de referencia, además de en varias revistas que tengo por casa (el alijo lanero también incluye papel, jejeje).

    De todos los patrones que vi que cumplían con el tamaño de agujas que quería, me enamoré al instante de este: el Stavanger de Drops.



    Aunque lo cierto es que fue un amor "con reservas". Me gustaba el motivo, pero no me convencía demasiado la combinación de colores. Matizo: la combinación en sí me gusta, pero me limita bastante con los colores que tengo en el armario.

    El siguiente paso fue descargarme el patrón, decidir una paleta de color que me gustara y me diera juego con el resto de mi ropa, y ponerme a colorear el gráfico para adaptarlo a lo que quería. Todo ello teniendo en cuenta que lo pensaba tejer con Merino 390 de Valeria Lanas. 

    Lo demás ya sabes cómo va: tomarme mis medidas, comprobar qué talla debía tejer, hacer la muestra, medir la muestra y adaptar el número de puntos o variar la talla.


    Aquí vino el primer problema: hice mal los cálculos. Creo que ese día me salté el café o estaba despistada, porque el caso es que al medir la muestra apunté 23 puntos y 32 vueltas, y al hacer los cálculos puse 26 puntos.

    Al poner más puntos, calculé que para mi contorno de pecho, cintura y cadera, necesitaba menos puntos de los que pedía la que debía ser mi talla. De modo que comencé a tejer una talla menos.


    Después de tejer el canesú, separar los puntos de las mangas y tejer unas cuantas vueltas más, me lo probé. Supongo que imaginarás que fue un desastre. De hecho, me costó un poco darme cuenta del error que te he comentado antes.

    No me quedó otra que deshacer y comenzar desde cero: ni siquiera podía aprovechar el cuello. Desde cero.

    Eso sí, esta vez fue todo como la seda. Y después de muchos puntos y muchas vueltas... terminé mi Stavanger. Casi en mayo. Y por fín, después de unos meses....


    Y tú, ¿alguna vez has tenido algún problema tonto como el mío al tejer un patrón?

    ¡Hasta el próximo post!