miércoles, 22 de marzo de 2017

Reduciendo stash (o gastando la lana que tengo por casa)

¡Buenos días!

Durante mi ausencia del blog, dos cosas me rondaban la cabeza:

  1. Terminar proyectos pendientes
  2. Ir gastando restos de lana que tengo por casa (lo que verás en otras partes como stash)
  3. Terminar los monederos de la boda
  4. Una manta para el sobri
  5. Algún otro proyecto que ahora mismo no recuerdo
Vale, quien dice dos, dice alguna más. Pero vamos a centrarnos en las dos primeras (juro que yo intenté hacer lo mismo tras terminar la tercera, pero a veces no ha sido posible).

Pero, y esto es lo importante, he ido gastando restos de otros proyectos que tenía por casa. 



Es vital que sepas que yo guardo todo lo que me sobra de lana: me da igual medio ovillo que 50 cm. Así que la preparación previa a la reducción de mi alijo de lana fue:
  1. Sacar todos los restos de lana de las cajas y bolsas donde los tenía guardados.
  2. Agruparlos por tamaños de agujas. Aquí hice dos grupos: lana para tejer con agujas de 4mm y con agujas de 6mm. Son los dos tamaños de aguja que más he usado, pero si en tu caso tienes otras medidas, la táctica es la misma.
  3. Tirar todas las hebras que midieran menos de 2 metros de largo. Este paso fue doloroso, pero lo logré.
Llegados a este punto, tenía mucho más material para agujas de 4 mm que para las de 6 mm. Así que el segundo montón volvió a las cajas de almacenaje.

Y entonces el gran dilema: ¿qué hago para aprovechar todos los ovillos y ovillitos que tengo? No dejaba de pensar en esas mantas de restos de lana que todos hemos visto alguna vez en casa, o en casa de alguien, o en una peli. Pero claro, me saldrían fragmentos de muchos tamaños distintos, lo que suponía tener que hacer malabares para cuadrar las piezas y coser mucho para unirlas (y tener que coser aplicaciones es mi parte menos favorita).

Pero tras darle un par de vueltas llegué a una solución: utilizar la técnica de la manta log cabin para tejer aplicaciones de 20x20 cm. El siguiente paso del plan es unirlas para hacer una manta.

De modo que agrupé los hilos para hacer combinaciones de color. Y comencé a tejer cuadrados.




Lo bueno de esta técnica es que permite aprovechar prácticamente todo lo que tienes: los ovillos más pequeños para los primeros bloques que se tejen y los más grandes para los siguientes.

Otra cosa buena es que si lo haces en punto bobo prácticamente no hace falta pensar. Vas tejiendo, cierras un color, levantas puntos (uno por cresta) y vuelves a tejer. Sólo debes tener cuidado de ir ajustando la medida en las últimas vueltas.


Y si la idea te parece buena y tú también quieres eliminar restos de lana, revisa la guía para levantar puntos y comienza a tejer.


Por cierto, que si quieres seguir mis avances en este proyecto, puedes buscar en mi instagram el hagshtag #byebyeyarndestashlogcabinsquaresblanket (bye bye yarn destash log cabin square blanket).

¡Hasta el próximo post!

miércoles, 8 de marzo de 2017

Cómo usar la muestra de punto para diseñar nuestros proyectos


¡Buenos días!

En posts anteriores te he hablado de la importancia de realizar una muestra de punto antes de embarcarte en una labor, y de qué hacer con la muestra a la hora de tejer un patrón (especialmente cuando la muestra no coincide).


Hoy vengo con otro uso de la muestra de punto: vamos a utilizarla para diseñar un proyecto propio.


Durante mi vida tejeril me han preguntado muchas veces: "¿cuántos puntos tengo que montar para hacer (prenda a tejer)?"


A ver, yo no tengo una bola de cristal. Ni tampoco tengo un don que me permita pensar "quiero tejer un jersey de bebé, tengo que montar 54 puntos" (ojo, ejemplo totalmente inventado, no te lances a las agujas).


Siento decirte que la vida de tejer se basa en las matemáticas. Lo siento, es así. La buena noticia es que son conceptos de los que usamos normalmente: múltiplos, divisores, reglas de tres, etc. 

También debo decirte que la teoría no siempre concuerda con la práctica, de modo que en el post de hoy voy a darte las dos explicaciones: la teórica y la real.





Pero vamos a lo que interesa: ¿cómo uso mi muestra de punto para diseñar un proyecto propio?


Voy a explicártelo con el cojín de trapillo


A modo de recordatorio:

  • El cojín mide 35x35 cm
  • Lo hice con trapillo y agujas de 10 mm
  • La muestra eran 12 puntos y 15 vueltas

Vamos ya al proceso, ¿cómo pasé de la muestra al producto final?


Lo que dice la teoría:

¿Cómo calculo el número de puntos para el cojín?

Según nuestra muestra: 10 cm=12 puntos. Si aplicamos una regla de tres...


Podemos calcular que necesitamos 42 puntos para el ancho del cojín. 

De nuevo, según mi muestra: 10 cm=15 vueltas. Por lo que...





Debería tejer 52,5 vueltas para llegar a los 35 cm de largo del cojín.


Lo que ocurre en la realidad:

Hasta ahora has visto que, según la muestra, para el cojín de 35x35 cm debería haber montado 42 puntos y tejido 52,5 vueltas.

Y sin embrago, si ves el patrón, yo monté 40 puntos y tejí 54 vueltas en una cara y 68 vueltas en la otra, ¿por qué? Por tres motivos:

  1. La muestra no suele ser exacta. En realidad mis 10 cm de muestra estaban entre 11 y 12 puntos, pero más cerca de los 12. De modo que la muestra se redondea a 12 puntos. Esto quiere decir que cada 12 puntos me estoy pasando unos milímetros de los 10 cm, lo que me deja la opción de quitar un punto o dos para la medida que quiero. Con el número de vueltas pasaba lo mismo, en realidad eran 15 "y un pelín" (en este caso cada 15 vueltas me faltan unos milímetros para los 10 cm).
  2. El número de puntos de los motivos a tejer. Para el punto de arroz doble necesito un número de puntos par, por lo que con 42 puntos no habría tenido problemas. Pero para el punto de fantasía necesito un número de puntos que sea múltiplo de 4, de modo que tenían que ser o 40 o 44 puntos. Si con 42 ya me pasaba un poco de la medida por lo que te he explicado antes, con 44 la funda habría sido muy grande.
  3. El comportamiento del tejido. Cuando te expliqué cómo se tejía el punto bobo, expliqué que encoge a lo largo. Por tanto, en el punto de fantasía, las 4 vueltas a punto bobo no miden lo mismo de largo que las 4 vueltas a punto elástico doble. De modo que tendré que tejer más vueltas en total para conseguir la misma medida.
Aquí ya puedes ver que las matemáticas del punto no son del todo exactas: para empezar dependen mucho del ojo que le echemos a la hora de medir la muestra. En ningún patrón encontrarás que la muestra son 11,8 puntos y 15,2 vueltas. Siempre se redondea a un número exacto, pero no se dice.

Y tú ahora estarás preguntando: ¿entonces como hago para pasar de la muestra al diseño del proyecto?


Mi consejo: usa las matemáticas de la teoría, pero aplica un poco de realidad teniendo en cuenta cómo has redondeado la muestra y el motivo a tejer.




Así que por ahora, a modo de resumen. Para saber cuántos puntos montar en tu diseño, debes basarte en:
  • La muestra de punto: teoría + realidad.
  • El número de puntos del motivo que quieras tejer (cuando se trata de pocos puntos). 
  • El comportamiento del tejido. Por esta razón es importante hacer la muestra con el motivo que vas a tejer.
Como en cualquier práctica, la experiencia es un grado. Yo al principio me basaba única y exclusivamente en la muestra, hasta que decidí asumir que mis ojos no llevan una regla incorporada y hay pequeños errores de medición. No te creas que nunca jamás he tenido que deshacer un proyecto y volver a empezar: esto pasa hasta a l@s mejores tejedor@s.

¡Nos vemos en el próximo post!

miércoles, 1 de marzo de 2017

Avance de buenos propósitos 2017 (marzo 2017)

¡Buenos días!

Bienvenido al primer post de seguimiento de mis propósitos 2017. 

Hoy toca post extra. Y es que pensaba poner los avances de mis propósitos al final de un post, pero era un pegote largo. Así que he decidido hacer un post para ir viendo los avances.

Hoy voy a poner sólo lo que he ido consiguiendo, de modo que puedes consultar este post si quieres recordar mis propósitos 2017.

Propósito 1. Aprender a cocinar 10 platos nuevos.




Aquí he ido avanzando un pelín. Recuerda que dije que platos fáciles. No esperes grandes recetas en esta sección. 

Por ahora llevo:
  1. Muslitos de pollo al horno con salsa de curry y miel.
  2. Fideos chinos salteados con pollo, verduras y salsa de soja.
  3. Ñoquis a la genovesa.
  4. Judías estofadas.
Además, he usado el robot de cocina para hacer:
  • Champiñones salteados
  • Salsa carbonara. Ojo, en mi casa se llama salsa carbonara a la que lleva cebolla, champiñón, bacon y nata líquida. Sé que esto no es una carbonara tradicional, pero lo que importa es que le estoy dando uso al cacharro y estoy cocinando.
Y ya, como remate de este propósito, estoy perfeccionando recetas que comencé a hacer a finales de 2016, tales como:
Propósito 2. Terminar los proyectos pendientes.


Proyectos terminados:
  • El celtica.
  • La manta de Heart Mandala.
  • La manta gordita en color frambuesa.
Proyecto retomado: La mantita de bebé verde pistacho.

Los otros proyectos siguen como estaban. Pero por lo pronto ya puedo meter 5€ a la hucha.

¡Este proyecto ha cogido ritmo!

Propósito 3. Reducir el montón de lanas.

Este también va avanzando, y podrás verlo mejor en uno de los próximos posts.

Propósito 4. El blog.

Por ahora lo llevo bien: estoy publicando con la frecuencia marcada, tengo varios post preparados y algunas ideas en la cabeza.

Propósito 7. Reducir los trastos.

Empezó bien. Hice limpieza del armario y cómoda de la habitación. Pero estas semanas se ha parado un poco. 

Bueno, lo cierto es que también pasé por el baño y me deshice de algunos productos que no suelo usar. Lo cierto es que entre unas cosas y otras, salió una buena cantidad. Eso sí, continúo buscando el método perfecto para tener organizadas las cosas.

Propósito 9. Organizar mejor la casa.

Como el anterior. Lo consigo y luego lo pierdo. Pero no pienso renunciar.

Propósito 10. Leer al menos 17 libros.


Este va bien. Libros leídos:
  1. Medio rey. (Joe Abercrombie). Novela fantástica con una venganza. Me ha gustado. Tiene un estilo que hace amena la lectura. 
  2. Hoy haré del mundo un lugar mejor (Laurent Gounelle). Este también me ha gustado, y mucho. Aunque debo decir que estuve a punto de dejarlo sin leer, porque le costó un poco engancharme. Pero al llegar al final no podía dejar de leer. 
  3. La torre oscura 1 (Stephen King). Aún no entiendo cómo conseguí acabarlo. Tenía ganas de leer esta serie de libros: Stephen King, fantasía,... Lo tenía todo. Y ha sido una gran decepción. La lectura se me ha hecho pesada hasta límites insospechados.
  4. Las cosas que no nos dijimos (Marc Levy). Me ha encantado. Me parece un libro divertido, emocionante, que te hace pensar. He reído y he llorado. Y lo más importante: es uno de esos libros que me cuesta cerrar y ponerme a dormir. Alguno más de este autor caerá este año.
Respecto al tercer libro, debo decirte que tengo una costumbre: si el libro no consigue engancharme cuando llevo leída una tercera parte, lo dejo. ¿Qué necesidad tengo de que mi tiempo de leer por placer se convierta en un aburrimiento? Con la cantidad de libros que hay, yo les doy una oportunidad, pero si no me gusta paso a otro.

Esto me ha pasado con "Perdona si te llamo amor". He llegado con mucho esfuerzo al capítulo 14. Y ahí se ha quedado. No me gusta el estilo, no me gusta el ritmo, no me gustan los diálogos, no me gusta cómo se va desarrollando la trama,... No le vi necesidad de seguir leyendo, así que pasé al siguiente.


Pues por ahora, estos son mis avances en cuanto a mis propósitos 2017. Para el próximo resumen quiero marcarme como meta conseguir tachar el 1, el 2 y el 10 (y tener el 9 listo para tachar).

¡Hasta el próximo post!