miércoles, 29 de abril de 2015

5 beneficios de hacer punto

Buenos días!

No sé tú, pero yo no necesito ninguna excusa para justificar las horas que paso con las agujas de tejer en las manos: sencillamente es una actividad que me encanta.

Y sin embargo, quizás te interese (e incluso sorprenda) saber que tejer tiene una larga lista de beneficios.

Y es que como leí en algún sitio: Tejer engancha y es bueno para el alma.




1. Desarrolla la perseverancia, la paciencia, la creatividad y la atención.



Como en cualquier actividad nueva, al empezar a tejer cometes fallos: muchos fallos. Cuando aprendiste a andar te levantabas una y otra vez cada vez que caías. Aquí igual, nadie nace sabiendo, pero si tienes un poco de paciencia y perseveras, tu técnica y tus resultados irán mejorando día a día.

Un hecho común que he visto en todas las personas que comienzan a tejer es su capacidad de atención y concentración: al principio están tan concentradas en lo que están haciendo que parece que el mundo se ha parado a su alrededor.

No sé tú, pero yo soy de distraerme con una mota de polvo. En cambio, mi capacidad de atención se multiplica al tejer, y desde que tejo con mucha asiduidad, he notado que me concentro mejor en otras tareas cotidianas.

Y por lo que respecta al desarrollo de la creatividad... Conforme vayas aprendiendo y soltándote en el acto de tejer, irás pensando cómo quieres que sea tu siguiente proyecto: ¿y si combino colores?, ¿y si combino lanas?, ¿y si...?


2. Tejer socializa, fortalece la empatía y el trabajo en equipo.



Desde hace unos años, nos estamos acostumbrado a ver grupos de tejedores en cafeterías u otros lugares públicos. Al encontrar personas con tus mismos intereses y contactar con ellas, entras en nuevos grupos sociales.

Ojo, que esta socialización puede ser también virtual si te apuntas vía online a algún KAL.

Sea como sea, si estás con otros tejedores, además de hablar de proyectos de punto, poco a poco te irás poniendo al corriente de la vida de los demás; y tratarás de solucionar sus dudas (sean de punto, de dónde encontrar unas medias de colores para el festival del colegio, o de una receta de cocina).

Además, posiblemente en algún momento surja algún proyecto común: un KAL o un yarnbombing para decorar alguna zona cercana. Por experiencia propia, no te lo pienses... ¡es muy divertido!


3. Ayuda a perfeccionar la motricidad fina.



Hace un año y medio me rompí la muñeca. Una de las "terapias de rehabilitación" que me recomendaron al quitarme la escayola fue hacer punto o ganchillo.

Tejer es como cualquier otro ejercicio, solo que en lugar de salir a correr y fortalecer las piernas, haces lo mismo con los dedos y el juego de muñeca.


4. Mejora la coordinación.



Al tejer debes coordinar el movimiento de muñecas y dedos de ambas manos. No es raro que al principio te cueste mucho tejer un punto, pero que tras unos meses puedas hacerlo mientras hablas con otras personas o ves la tele: tu coordinación ha mejorado.


5. Beneficia nuestra salud mental y ayuda a reducir el estrés.



Al repetir los puntos una y otra vez se produce un efecto de relajación en el organismo; por eso mucha gente coincide en afirmar que "tejer me relaja" (aunque a veces te atasques en algún punto de la labor, jajajajaja).

Por otra parte, la gran mayoría de los puntos de fantasía consisten en pequeñas series de repeticiones. Por ejemplo, para tejer un elástico 2/2 haces: 2 puntos al derecho, 2 puntos al revés, 2 puntos al derecho, 2 puntos al revés, 2 puntos al derecho, 2 puntos al revés,...

Según el diseño del punto, estas series serán más o menos complejas. Pero el hecho es que mientras tejes haces que tu cerebro esté activo, aunque parezca que has dejado a tu mente libre.


Y hasta aquí los beneficios de tejer o hacer punto. Así que si aún no tenías bastantes motivos... ¡ya no tendrás excusa para tejer siempre que quieras!


miércoles, 22 de abril de 2015

Calcetines tejidos aprovechando restos de lanas

Buenos días,

Ya os comenté hace unas entradas que este año me he apuntado a varios KAL.

De uno de ellos, concretamente del Block Stitch Cowl, me sobró lana. Esta es la perdición de cualquier tejedor. De cada labor nos sobra algo del ovillo, y vamos acumulando restos sin saber muy bien qué hacer con ellos.

Esta vez, tuve una idea. Lo primero que hice al terminar el cuello fue pesar los restos de lana que me quedaron. Resultó que tenía 75 gramos de la lana azul petróleo, 33 gramos de la gris y 31 gramos de la granate.

Así que pensé que entre la azul petróleo y la gris tenía material suficiente para tejer unos calcetines para Emilio, para tener los pies calentitos el invierno próximo.

Una cosilla, en este post os comenté cómo calculo yo la lana que voy a necesitar para una labor; pero también os dije que la experiencia es un grado. En este caso no ha sido ni lo uno ni lo otro.

Cuando he tejido calcetines lo he hecho con lana para aguja de 3 mm o 6 mm. Así que no tenía ninguna referencia, excepto que la mayoría de patrones hablan de 100 gramos de lana. Así que al sumar el peso de la lana azul petróleo y la gris ví que tenía más de 100 gramos.

Y me lancé. Sin patrón. Lo único que hice antes fue pensar la distribución de colores: gris para elástico, talón y puntera; petróleo para el resto.

Y aprovechando que tenía una visita programada al hospital para retirar material quirúrgico de una operación anterior, me llevé los calcetines. Y tejí, tejí y tejí.



Y de mis restos de lanas salieron unos calcetines la mar de majos, que cumplirán perfectamente su función cuando el frío vuelva por las tierras alicantinas.




Y me ha sobrado ésto, dos bolitas de lana que aún no he pesado. Como tengo más restos de esta misma calidad de lana, voy a guardarlos juntos. Y en cuanto tenga otros 80-90 gramos, el próximo par de calcetines será a rayas (y será para mí).


Y tú, ¿qué haces con los restos de lanas?

miércoles, 15 de abril de 2015

Mis 6 imprescindibles para comenzar a tejer

Buenos días,

No sé vosotros, pero yo tengo una costumbre antes de comenzar con un hobby, afición o deporte nuevo: saber cuál es el equipamiento básico.

Yo suelo hacerme esta pregunta por dos motivos:

  1. Evitar comenzar sin tener algo importante o imprescindible: por ejemplo, apuntarme a clases de natación y no llevar gorro para la piscina.
  2. Saber cuánto dinero tendré que invertir. Si veo que supone un desembolso importante (esto ya es relativo al bolsillo de cada uno) y no sé si me va a gustar o abandonaré al segundo día, pues prefiero no probar.
Así que se me ha ocurrido que un buen post podía ser el de contaros mis imprescindibles para comenzar a tejer. Ojo, son los míos, otros tejedores pueden hacer un listado totalmente diferente.

De modo que, aquí van: Mis 6 imprescindibles para comenzar a tejer

1. La lana

Vale, es muy obvio. Pero no quiero decir que necesitéis lana o hilo, sino que quiero daros unos consejos para elegirlo.




Lo primero, yo aconsejaría comenzar con un grosor de lana para agujas de entre 4 y 6 mm. Una lana más fina nos puede dificultar más el aprendizaje, porque los fallos se verán más y eso hará que tengamos que deshacer más a menudo. Además, la labor avanza más despacio, así que desmotiva bastante.

Si queréis tejer para bebés, es preferible que primero dominéis los puntos básicos con la lana que os he recomendado y luego pasar a las agujas de 2-3 mm.

Por otra parte, con una lana más gruesa puede que os cueste un poco habituaros a las agujas. A mí me pasa esto, comencé a tejer con agujas de 4 mm y cuando cojo una de más de 8 mm me cuesta un poco hacer los movimientos.

El segundo consejo de la lana es sobre qué fibra elegir. Personalmente, comenzaría con un acrílico. Hay una gran variedad en el mercado, con muchos colores y texturas. Mi opción sería un acrílico que no raspe, en un color no demasiado oscuro ni chillón (y tampoco los matizados). De esta forma no nos dará dentera tejer con él si es suave; y el color no nos dificultará ver los fallos, ni contar los puntos.

¿Por qué os he recomendado un acrílico? Mi yaya me enseñó a tejer a base de deshacer. Las primeras veces me comía puntos o me los sacaba de la nada. No sé cómo lo hacía, pero si comenzaba con 15 puntos, tras unas vueltas el número no cuadraba. Así que... tirón y vuelta a empezar.

Cuando conseguí mantener el número de puntos, éstos no eran iguales: unos estaban más apretados y otros mucho más flojos, así que el tejido se veía desigual y algo raro. Así que... tirón y vuelta a empezar.

Por mi experiencia, para destrozar el primer ovillo haciendo y deshaciendo, mejor gastarnos 2 euros en un acrílico que 6 en una mezcla de merino. Ten en cuenta que en cuanto domines el punto ya podrás comprar esa lana 100% maravillosa que te encanta, y le darás buen uso. Además, ese primer ovillo siempre puedes usarlo para hacer pruebas de puntos de fantasía.

Una última consideración: no empieces nunca con ovillos de fantasía con bolas o pelito, o en los que el grosor de la lana va cambiando. Con estos ovillos cuesta más diferenciar los puntos y ver si nuestra labor está igualada o si la tensión de nuestros puntos es muy desigual.

2. Las agujas

Ya os he recomendado un tamaño entre 4 y 6 mm. Ahora bien, ¿de metal, plástico o madera?, ¿rectas o circulares?




Las agujas circulares son las que aparecen en la imagen superior unidas por un cable de plástico. Se llaman circulares porque permiten tejer prendas sin costuras (en círculo).

Después de probarlas, soy muy fan de las circulares de madera. Para mí, las agujas circulares me permiten tener una postura que me castiga menos la espalda, el cuello y las muñecas. Cuando tejí mi primer chal triangular me costó acostumbrarme a estas agujas, pero ahora me encantan.

Si vas a aprender a tejer, lo mismo da "encajonar" las agujas en las axilas o sujetarlas sólo con las manos. Pero si en el futuro quieres tejer sin costuras o hacer calcetines: las circulares, sin dudarlo. Si no tienes experiencia previa tejiendo, no notarás nada extraño al comenzar sin las rectas.

En cuanto al material, en las de madera los puntos se deslizan bien pero no se resbalan y se escapan. Además, pesan menos que las metálicas, y si tejes unas 3-4 horas al día, pues se agradece bastante.

En cualquier caso: tú tomas la decisión final. Las de madera son más caras que las de metal, y las circulares más caras que las rectas. La diferencia de precio depende de muchas cosas (materiales, marcas, etc). Así que compara y pregunta a los especialistas, pero no pasa nada por comenzar con unas rectas de metal y luego pasar a las circulares de metal, y luego a las de madera.

3. Cinta métrica

Puede que comiences tejiendo una bufanda o un cuello, o un cuadrado para hacer una manta de aplicaciones. Pero tendrás que medir para comprobar que estás llegando al largo deseado.




Además, tendrás que tejer una muestra para saber cuántos puntos montar. Con la cintra métrica podrás medir los 10x10 cm de tu muestra sin problemas.

4. Aguja lanera

Para rematar tu labor o coserla. Que los hilos sobrantes hay que esconderlos.



5. Tijeras

Para cortar el hilo o la lana.

6. Bolsa

Para guardar la labor. No uses una bolsa de plástico fino, porque las agujas la convertirán en un colador. Compra una de tela plastificada o loneta. Como en el caso de las agujas, mira en varios comercios y decide el precio. Puede ser incluso una "shopping bag" de tela de cualquier comercio de ropa.


Y hasta aquí mis 6 imprescindibles, pero en el mundo de tejer, como en todo, al ir avanzando iremos necesitando más cositas. Pero para comenzar y ver si nos gusta o no, con esto nos basta.


miércoles, 8 de abril de 2015

Cómo saber la lana que voy a necesitar

Cuando queremos comenzar un proyecto nuevo, una de las preguntas típicas es: "¿cuánta lana voy a necesitar?". Es una pregunta importante para evitar cometer el error de quedarnos cortos de lana y no poder terminar nuestra labor

Como en todo, la experiencia es un grado. Las personas que llevan muchos años tejiendo pueden decirte la cantidad de lana necesaria sin pestañear. Pero si estás empezando, o si (como yo) hasta ahora has tejido gorros y bufandas y quieres lanzarte a por tu primer jersey, necesitas saber cuanta lana comprar.



Vamos a ver este tema con un ejemplo práctico, en el que voy a repetir los pasos que seguí para calcular los ovillos que necesitaba para tejer el Celtica Cárdigan.

Si pincháis en el enlace, se os abre la página del patrón, pero la información más importante para lo que nos interesa ahora mismo os la muestro en el post.


¿Cuánta lana pide el patrón?


En primer lugar, me enamoré del patrón. Me lo leí un par de veces y comprobé que lo entendía bien y que las medidas de las tallas podían servirme de orientación. Pero el patrón pide una lana concreta: la Drops Lima, y yo quería tejerlo con Merino Extra de Mondial.

Así que, Consejo número 1: si vas a tejerlo con la misma lana que pide el patrón y tu muestra coincide, compra la lana que aconseja el patrón + 1 ovillo. Después os explicaré el porqué.

Volvemos a mi caso. Como me gusta complicarme la vida, pues elegí otra lana. Ya había tejido otras cosas con ella y tenía un resto en casa, así que lo usé para tejer la muestra. Afortunadamente, mi muestra coincidía con la del patrón, así que me ahorré unos cálculos extras.


¿Calculo la lana en gramos o en metros? 


Yo suelo calcular la lana que necesito en metros. A lo largo del post entenderéis el motivo.

El patrón pide para una talla S/M 750 gramos de Drops Lima. 





Si miramos las características de esta lana, vemos que se comercializa en ovillos de 50 gramos, y que cada ovillo tiene unos 100 metros de lana. Por tanto, para tejer este cárdigan necesitaría 15 ovillos, lo que vienen a ser unos 1500 metros de lana.



Ahora ya sé la lana que necesitaría si fuera a tejer el cárdigan con la misma lana que pide el patrón, pero...

¿Cómo calculo los metros con mi lana?


Para saber ésto, miramos las características de nuestra lana. Vemos que en el caso de la Merino Extra, se comercializa en ovillos de 100 gramos y que cada uno de ellos tiene aproximadamente 245 metros de lana.




Así que ahora sólo nos queda un sencillo cálculo más: dividir los 1500 metros que hemos calculado antes entre los que tiene un ovillo de la lana que vamos a usar.



El resultado nos da 6,1 ovillos, así que redondeamos al alza y compramos 7 ovillos

Si no hubiera hecho estos cálculos, habría comprado 8 ovillos desde el principio, pues el patrón pedía 750 gramos y los ovillos que pensaba usar yo son de 100 gramos.

Puede parecer que es mucho cálculo para ahorrarme 1 ovillo, pero si los ovillos fueran de 50 gramos habrían sido 2 o 3 de diferencia. Recordad que cada casa comercializa los ovillos en un formato diferente, y que para un mismo grosor la fibra puede ir más o menos apretada, lo que hace que haya diferencias en los metros.

Por este motivo es por lo que yo calculo la lana en metros. Fijaros que en las lanas que os he mostrado hay una diferencia de 45 metros cada 100 gramos, lo que supone bastante metraje cuando hablamos de proyectos relativamente grandes.

Un último consejo


Por último, os recuerdo que siempre os queda la posibilidad de dejar un ovillo de más en reserva por si os hiciera falta (el +1 del que os hablaba antes). Yo normalmente lo habría comprado, porque me gusta hacer los empalmes de lana en los extremos de la labor para que el resultado final quede más limpio. Y eso significa desperdiciar metros.

Pero en este caso, ya contaba con ese ovillo de margen al comprar los 7 ovillos.

Es más, después de tejer el cárdigan os puedo decir que he ido aprovechando restos sobre la marcha. Por ejemplo, los primeros empalmes los hacía con más de 250 puntos, así que de aquí me sobraba un buen pedazo para tejer unas cuantas vueltas del puño (o del cuello chal con vueltas cortas).

Así que, prácticamente, el séptimo ovillo me ha sobrado algo más de la mitad. Ya estoy pensando en tejer un gorro a juego para aprovechar el resto de lana.

Como siempre, recordad que es preferible que nos sobre lana a no poder terminar la labor porque ya no podemos encontrar el mismo lote de tintada.

Espero que la información se entienda bien y que el post os ayude en el futuro.