¡Buenos días!
Ya te conté antes de mi desaparación que me casaba en 2016. Pues bien, nos casamos en julio y en septiembre nos fuimos de luna de miel. ¿Por qué esperar tanto? Porque nuestro destino eran unos días en Nueva York y unos días en los parques de atracciones de Orlando. Y, siendo prácticos, ir a parques de atracciones en julio y agosto es pegarte horas de colas sin poder disfrutar prácticamente de nada.
¿Y por qué te estoy contando esto? Pues porque antes de ir de viaje descubrí una tienda que es el paraíso de todo amante del craft o las manualidades: Michael's. Y yo tenía que ver esa maravilla en persona, de modo que me marqué en el mapa las tiendas que tiene en Nueva York más o menos dentro de "las zonas a visitar".
Y hasta allí arrastré al marido. Con la promesa del wifi gratis ;). Y casi casi conseguí llegar a la zona de lanas sin pararme a mirar nada más. De hecho, sólo tarde 15 minutos en llegar a la zona de lanas (podría haber llegado en 3, pero eso no viene mucho al caso). Y literalmente, descubrí el paraíso.
Agujas, libros, ganchillos, accesorios, telares y lanas, lanas, lanas. Maldigo el momento en el que decidí no tirar la mitad de mi ropa para poder tener hueco en la maleta para más lana.
¿Ves el pasillo en el que estoy? ¡Pues había 5 como éste llenos de lanas! Además de unos cuantos "cajones ordenados" en algunas zonas.
Al final salí de allí con 1 ovillo de Caron Cakes Yarn y 4 de Impeccable, de Loops & Threads.
Y con el ovillo de Caron Cakes Yarn, en el tono Cake Pop, me he hecho una bufanda. Pero antes de enseñarte más fotos voy a contarte algo de esta lana.
Para empezar, es una maravilla al tacto. Lleva un 80% de acrílico y un 20% de lana, pero es suave y gustosa a morir. El ovillo son 200 gramos, lleva unos 350 metros y se teje con agujas de 5 mm. Es una lana con cambios de color largos.
Como extra, te diré que los fabricantes se lo curran y te incluyen el patrón de un chal triangular en el reverso de la etiqueta. Con dos ovillos te da para tejer el chal. Si te digo la verdad, estuve pensando en tejerlo, pero dudaba de si luego me lo pondría.
De hecho, se lo curran tanto que aquí tienes un ebook con ideas varias para usar estos ovillos matizados.
Yo quería convertir mi tesoro de ovillo en una bufanda. Pero si te fijas en el ebook, las bufandas se quedan a franjas anchas de colores. Y sinceramente, para conseguir ese efecto, cojo ovillos de un sólo color y cambio el color de la lana.
Así que pensé en tejer mi bufanda montando los puntos necesarios para el largo en lugar del para el ancho (que es lo que suele hacerse).
De modo que hice muestra, calculé y monté 315 puntos. Y fui tejiendo en punto arroz hasta que terminé el ovillo. Y así quedó.
Ahora tengo una bufanda de 170x20 cm. Larga, como a mí me gusta. Y que tiene un aspecto diferente al que suele verse.
Así que ya sabes, si tienes una lana con cambios de color largos... ¡monta los puntos para el largo de tu bufanda! El resultado final es llamativo, de hecho, ya son varios los que me han preguntado dónde la he comprado.
Desde que la empecé me moría de ganas de enseñarte que "una vuelta de tuerca" a una idea sencilla de tejer puede dar un resultado original, pero sin complicarte la vida.
¿Te animarías a tejer una bufanda así? ¡Yo estoy más que contenta con la mía!
Editado: Resulta que he descubierto que en España tenemos disponible la Katia
Paint. Cada ovillo son 150 gramos (pero son unos 500 metros), tiene una carta de colores preciosa y también tienes un pdf para consultar diseños.
¡Hasta el próximo post!
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