El post de hoy me hace especial ilusión.
A la vuelta de la luna de miel decidí tejer una mantita para el sobrino. En principio, la idea era hacerle algo que pudiera llevar a la Escuela Infantil para usarla como manta para la siesta.
Pero mientras pensaba en el diseño, decidí que mejor hacerla un poco más grande y que le sirviera para al menos un par de años. Así podría usarla en el cole o dejarla como mantita para el sofá de su casa.
Una vez que tuve más o menos claras las medidas, llegó el momento de decidir el diseño.
Cuando publiqué la manta "Cher Enfant" mucha gente dio por hecho que era para el sobri. Nada más lejos de la realidad. Por lo visto, el gen lanero tiene la peculiaridad de aparecer una vez por generación (o dos generaciones, no está claro). Dicho de otra forma: a mi hermana y a mi cuñi lo del punto y el ganchillo no les gusta.
¿Entiendes el problemón que eso me supone? Yo me habría hinchado a hacerle al sobri patucos, gorros, calcetines, y mil cosas más.... Pero antes de tejerle algo, les pregunto a sus padres, que al fin y al cabo es su hijo y son ellos los que lo visten. Eso sí, sin rencores.
Por supuesto, ellos querían algo sencillo pero que les gustara. Así que el color estaba claro: naranja. ¿El punto? Yo quería algo que me gustara tejer y diera un resultado medio sencillo (que tejer una manta a punto bobo y a un solo color me habría aburrido sobremanera...)
Tras mirar en varios libros y en internet, me decidí por un punto de fantasía que se teje con punto derecho y punto revés y deja un bonito dibujo. En realidad, deja dos bonitos dibujos, porque como casi todos los puntos de fantasía de punto derecho y revés... ¡es reversible!
Aquí te dejo un primer plano de las dos caras del punto.
Y por supuesto, cuando terminé la manta me puse a trabajar en el patrón para subirlo a mi tienda Etsy.
¿Y tú, eres tan fan de las mantas y mantitas como yo?
¡Hasta el próximo post!
No hay comentarios:
Publicar un comentario