Lo cierto es que quería haber tenido terminado el jersey que da título al post de hoy para poder mostrártelo en todo su esplendor.
Pero ya sabes que últimamente mi tiempo para tejer es limitado, y como intento aprovechar al máximo los minutos, termino el día tan cansada que pocas veces tejo después de cenar.
En uno de los post de este año puse una lista de objetivos-proyectos de punto o ganchillo para este año. La idea era centrarme en terminarlos antes de lanzarme a comenzar otros.
Uno de los proyectos es el Stavanger de Drops. Es un jersey de estilo nórdico que me gustó desde que lo vi y al que le tenía muchas ganas.
Yo le he cambiado los colores, y lo estoy tejiendo usando "Merino 390", de Valeria di Roma que pedí a Senshoku. Esta lana es una mezcla de 30% lana y 70% acrílico dralón. Debo decir que me está gustando mucho tejerla, porque la hebra no se abre y es muy muy suave. Además, el punto queda muy bien definido.
Al principio tuve que deshacer porque calculé mal los puntos a partir de la muestra y monté una talla más pequeña. Después de tejer todo el canesú (porque este jersey se teje desde el cuello) y separar el cuerpo de las mangas, me dí cuenta del error al meter la cabeza para probarlo.
Lo bueno es que este fallo en la vida de una tejedora tiene fácil (y dura) solución: tiras de la hebra (o de las muchas hebras de colores que has ido tejiendo) y vuelves a empezar.
Ahora mismo lo tengo a falta de 3 menguados en las mangas (en la foto, a falta de 4) y de hacer los puños. Bueno, y de rematar todos los hilos por dentro del canesú.
Lo cierto es que desde que terminé el canesú se me ha hecho un poco pesado: son muchos puntos y sólo tejo del derecho. Pero me está gustando mucho la experiencia de este tipo de jersey.
Y tú, ¿te animas con este tipo de tejidos?
PD: Casi me olvido de decirlo, pero ¡ya he tachado el Rickroll Wrap y a Gatuno de la lista de proyectos!
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