miércoles, 12 de diciembre de 2018

El Stavanger

¡Buenos días!

En mi lista de proyectos tejeriles de 2018 estaba el jersey Stavanger de Drops.



En verano de 2017 decidí que quería tejerme un jersey nórdico. Una de esas preciosidades con un canesú de motivos de colores y cuerpo liso. Y además quería que fuera con aguja de 3 mm, para tejerlo con calma y tranquilidad.

Así que me puse a buscar patrones en mis sitios de referencia, además de en varias revistas que tengo por casa (el alijo lanero también incluye papel, jejeje).

De todos los patrones que vi que cumplían con el tamaño de agujas que quería, me enamoré al instante de este: el Stavanger de Drops.



Aunque lo cierto es que fue un amor "con reservas". Me gustaba el motivo, pero no me convencía demasiado la combinación de colores. Matizo: la combinación en sí me gusta, pero me limita bastante con los colores que tengo en el armario.

El siguiente paso fue descargarme el patrón, decidir una paleta de color que me gustara y me diera juego con el resto de mi ropa, y ponerme a colorear el gráfico para adaptarlo a lo que quería. Todo ello teniendo en cuenta que lo pensaba tejer con Merino 390 de Valeria Lanas. 

Lo demás ya sabes cómo va: tomarme mis medidas, comprobar qué talla debía tejer, hacer la muestra, medir la muestra y adaptar el número de puntos o variar la talla.


Aquí vino el primer problema: hice mal los cálculos. Creo que ese día me salté el café o estaba despistada, porque el caso es que al medir la muestra apunté 23 puntos y 32 vueltas, y al hacer los cálculos puse 26 puntos.

Al poner más puntos, calculé que para mi contorno de pecho, cintura y cadera, necesitaba menos puntos de los que pedía la que debía ser mi talla. De modo que comencé a tejer una talla menos.


Después de tejer el canesú, separar los puntos de las mangas y tejer unas cuantas vueltas más, me lo probé. Supongo que imaginarás que fue un desastre. De hecho, me costó un poco darme cuenta del error que te he comentado antes.

No me quedó otra que deshacer y comenzar desde cero: ni siquiera podía aprovechar el cuello. Desde cero.

Eso sí, esta vez fue todo como la seda. Y después de muchos puntos y muchas vueltas... terminé mi Stavanger. Casi en mayo. Y por fín, después de unos meses....


Y tú, ¿alguna vez has tenido algún problema tonto como el mío al tejer un patrón?

¡Hasta el próximo post!

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